Hablar y Callar, 2004

La tarea de la comunicación: Sostener como sea una constante que alterna, por un lado el compromiso ético; que sustenta su propia condición inmune y se somete a todo proceso de comunicación y conocimiento de lo real sacrificando la decisión de la mirada. Por el otro, la sensibilidad programada, que se apodera de todas las ideas insinuando corregir el tránsito de lo que no tiene lugar ni tiempo de destino.
La ética y la sensibilidad, bajo un modelo estandarizado, constituyen en parte a la comunicación del hombre en la sociedad.
Cuando la comunicación detiene su marcha, cuando se desautoriza por su propio accionar, cada uno de nosotros perdemos el habla, y la distancia de diálogo introspectivo y colectivo. Cuando la incomunicación es duelo y transformación del sentido (o la incapacidad de enfrentar mundos con sentidos diferentes) estamos situados en la enajenación estética.
Cuando hablar y callar está por encima de hablar y escuchar, callar y hablar. Enfrente nuestro una sucesión de aconteceres con la dinámica de una historia narrada por las imágenes, que nos atraviesa -en latencia fáctica- de lo convenientemente adecuado; y frágiles, en sucesión, no somos capaces de emprender la tarea de hablar desde un punto móvil: Es allí cuando lo ajeno de lo comunicacional pierde el rumbo... y los mundos vulgares, abstractos, privados, propios y ajenos, estéticos, sincréticos, asépticos o libres se quedan sin contacto generando una dinámica de hablar y callar. O mejor dicho una constante que acaba en callar y mirar.
Lo real es atravesado por un sinnúmero de intentos por descifrarla, y se come el pan fresco, y se abriga y bebe, y sueña que es lo otro cuando lo otro todavía no fue nombrado.
¿Qué es lo real? Cuando lo otro tampoco está en nosotros, lo otro es lo mismo pero no sabemos que es, lo real es lo otro de lo mismo, o sea lo otro que habita el cuerpo de una estética emotiva que se sostiene por su mera oposición. Capas y capas de realidad en avance hacia nosotros, en convivencia, como piedras del espacio exterior lanzadas en contra de un jardín en primavera; que subvierte lo conocido y se extiende como paño de verdad. ¿Esto será lo otro?

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